La Casa Blanca ha declarado que Elon Musk, el multimillonario conocido por su papel en Tesla y SpaceX, no forma parte del equipo del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés). En lugar de eso, se le considera uno de los principales asesores del presidente Donald Trump. Esta aclaración se produjo en medio de una controversia legal en la que varios estados demócratas han demandado al gobierno de Trump, buscando bloquear el acceso de Musk y el DOGE a los sistemas gubernamentales, alegando que Musk ejerce un «poder prácticamente sin control».
El papel de Musk en el DOGE es crucial en el contexto de esta lucha legal, ya que el gobierno de Trump se prepara para despedir a miles de trabajadores federales. Al definir a Musk como colaborador y asesor, en lugar de líder operativo del DOGE, el gobierno busca fortalecer su posición en la corte. Argumentan que Musk no tiene la autoridad necesaria para tomar decisiones gubernamentales por sí mismo, lo que podría ayudar a desestimar las acusaciones de abuso de poder.
Joshua Fisher, director de la Oficina de Administración de la Casa Blanca, ha afirmado en documentos judiciales que Musk no tiene mayor autoridad que otros asesores principales de la Casa Blanca. Fisher subrayó que Musk solo puede asesorar al presidente y comunicarle sus directivas, pero no tiene la capacidad de tomar decisiones de forma independiente. Esta distinción es importante para el gobierno, ya que busca limitar la percepción del poder de Musk en la administración.
Sin embargo, la Casa Blanca no ha revelado quién está realmente al frente del DOGE, lo que ha generado confusión. A pesar de que Musk ha dado la impresión de que lidera la agencia, incluso celebrando su papel en redes sociales, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, se negó a identificar al administrador del DOGE. Esto ha llevado a especulaciones sobre la verdadera estructura de liderazgo dentro de la agencia.
Leavitt, en una entrevista, mencionó que Musk supervisa las labores de la agencia en nombre del presidente, lo que contradice las afirmaciones de que no tiene autoridad real. Esta falta de claridad sobre el liderazgo del DOGE ha alimentado la controversia y ha llevado a cuestionamientos sobre la transparencia del gobierno en su manejo de la situación. La confusión sobre el papel de Musk podría complicar aún más la defensa del gobierno en los tribunales.
El equipo del DOGE ha estado interviniendo en diversas agencias, revisando sistemas informáticos y buscando despilfarros y abusos en el gasto público. Sin embargo, estas acciones han sido objeto de críticas y demandas que alegan violaciones legales por parte de Trump y el DOGE. Al menos dos de estas demandas apuntan directamente a Musk, lo que resalta la creciente tensión entre el gobierno y los estados que buscan frenar su influencia.
La semana pasada, Musk sugirió que Estados Unidos debería «eliminar agencias completas» del gobierno federal como parte de un esfuerzo para reducir gastos. Esta declaración ha generado escepticismo entre los funcionarios del gobierno y los jueces, quienes cuestionan la autoridad de Musk en la administración. La jueza federal Tanya Chutkan expresó su escepticismo durante una audiencia, sugiriendo que el gobierno se estaba extendiendo demasiado en sus argumentos sobre la falta de autoridad de Musk.
A pesar de los intentos de la Casa Blanca por minimizar el poder de Musk, el presidente Trump lo ha descrito como un «líder» fundamental en sus esfuerzos de recorte de gastos. En una entrevista, Trump afirmó que Musk es «mucho más» que un simple asesor, considerándolo un ejecutor eficiente de sus órdenes. Esta contradicción entre la Casa Blanca y las declaraciones de Trump sobre Musk subraya la complejidad de la situación y el papel que el multimillonario juega en la administración actual.