Actualmente, en el mercado internacional, el sello verde ha dejado de ser un diferencial y se ha convertido en una exigencia. Según el empresario Aldo Vendramin, cada vez más consumidores y empresas internacionales orientan sus decisiones de compra basándose en criterios sostenibles.
Este movimiento refleja una transformación profunda en el comportamiento de consumo y en las políticas de compras corporativas, exigiendo de los proveedores un compromiso genuino con prácticas ambientalmente correctas. Ignorar esta realidad puede significar perder espacio en mercados estratégicos. Pensando en ello, a continuación, entenderemos mejor cómo se está desarrollando este nuevo escenario del comercio exterior.
¿Por qué el sello verde se ha vuelto tan valorado en el mercado internacional?
El sello verde representa una garantía de que determinado producto o servicio sigue prácticas sostenibles a lo largo de toda su cadena productiva, como explica Aldo Vendramin. Dicho esto, en el mercado internacional, esta certificación ha sido cada vez más valorada, especialmente por consumidores conscientes y por grandes empresas que adoptan políticas estrictas de responsabilidad socioambiental.
Además, los proveedores que cuentan con sellos reconocidos tienden a tener preferencia en procesos de licitación, negociaciones comerciales y alianzas estratégicas. Esto se debe a que estos certificados señalan un compromiso claro con la sostenibilidad, un factor que influye tanto en la imagen de la empresa como en la confianza de los clientes.

Cabe destacar que diversos países han estado implementando normativas regulatorias más estrictas respecto al impacto ambiental de las importaciones. Esto significa que, en muchos casos, contar con una certificación ambiental es esencial incluso para que los productos sean autorizados a ingresar en estos mercados. De esta forma, el sello verde se convierte no solo en una ventaja competitiva, sino en una exigencia formal.
¿Cómo están influyendo los consumidores extranjeros en este escenario?
El comportamiento de los consumidores está cambiando rápidamente, especialmente en países europeos y de América del Norte. Estas poblaciones están cada vez más preocupadas por los impactos ambientales de sus elecciones de consumo. Como resultado, priorizan productos con origen certificado, que demuestren respeto por el medio ambiente y por las comunidades locales.
Este nuevo perfil de consumo presiona no solo a los minoristas, sino a toda la cadena de suministro, según el señor Aldo Vendramin. Ya que las empresas necesitan adaptarse para ofrecer productos con menor huella de carbono, uso racional de los recursos y prácticas éticas de producción. Así, sin esta adaptación, el riesgo de rechazo por parte del público consumidor crece exponencialmente.
Los beneficios del sello verde para los exportadores
Sin embargo, obtener un sello verde proporciona una serie de ventajas estratégicas. La primera de ellas es la ampliación del acceso a mercados más exigentes, como la Unión Europea y Canadá. Además, las empresas certificadas tienden a obtener mejores condiciones comerciales, ya que ofrecen mayor seguridad ambiental y jurídica.
Incluso, según Aldo Vendramin, el sello también fortalece la imagen de la marca, lo que facilita la comunicación con el público objetivo y genera valor agregado al producto. Esto se traduce en mayor competitividad y posibilidad de diferenciación en mercados saturados.
Otro punto relevante es la posibilidad de participar en programas de financiamiento e incentivos fiscales destinados a empresas sostenibles, como señala el empresario Aldo Vendramin. Muchos gobiernos e instituciones financieras ofrecen condiciones especiales a compañías que demuestran buenas prácticas ambientales, lo que puede contribuir a la expansión del negocio.
Invertir en sostenibilidad es invertir en el futuro
El mercado internacional está cada vez más atento a las prácticas sostenibles de las empresas. De este modo, tener un sello verde ha dejado de ser una opción para convertirse en una exigencia para quienes desean mantenerse competitivos y relevantes en el escenario global.
Por lo tanto, los consumidores están más conscientes, y las empresas extranjeras ya han incorporado la sostenibilidad como un criterio en sus elecciones de proveedores.
Adoptar prácticas ambientales responsables y buscar certificaciones reconocidas no es solo una cuestión de imagen, sino de supervivencia en el mercado internacional. Por lo tanto, las empresas que comprenden este cambio y se adaptan rápidamente cosechan los mejores resultados, tanto en desempeño comercial como en posicionamiento de marca.
Autor: Luisa Fygest